El avance espiritual
Todo creyente debe avanzar espiritualmente, pero ¿Qué es avanzar espiritualmente? ¿Cómo podemos progresar en la vida espiritual? ¿Cuáles son las manifestaciones de que un cristiano está avanzando espiritualmente? Según la Biblia y la experiencia de los santos, el avance espiritual es el aumento del elemento de Dios en nosotros. Dios es Espíritu, y si el Espíritu mora en nosotros, estamos en el espíritu (Ro. 8:9).Y esto produce que aumente y crezca Cristo en nosotros.
En el principio cuando Dios creó al hombre, hizo de él un vaso. El propósito eterno de Dios era entrar en el hombre y mezclarse con él para llenarlo de El mismo. El fracaso de Adán y Eva consistió en impedir que Dios llevara a cabo este propósito. Por el contrario, fueron apartados de Dios.
¿Qué significa ser apartado de Dios? Significa que el hombre no le da a Dios el debido lugar dentro de sí. ¿Qué quiere decir no darle el debido lugar a Dios? Significa que otras cosas han venido a ocupar el ser interior del hombre. Cuando Adán y Eva comieron del fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal, el mandato de Dios no los llenó; fueron llenos con el fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal, el cual era bueno para comer, agradable a la vista y codiciable para alcanzar sabiduría. Todo esto usurpó el lugar de Dios en ellos. Como consecuencia, cayeron.
Mientras haya alguna cosa, asunto o alguna persona que tome posesión de uno, uno habrá perdido la presencia de Dios. Debemos preguntarnos cuál es nuestra condición. Desde el día en que fuimos salvos hasta ahora, ¿cuántas cosas, asuntos y personas todavía ocupan nuestro ser y privan a Dios del lugar que le corresponde? Necesitamos mirarnos a nosotros mismos según la luz divina. Si el Espíritu de Dios abre aunque sea un poco nuestros ojos, inmediatamente veremos que hay muchas cosas en todo nuestro ser que ocupan el lugar que solamente le pertenece a Dios.
Un hermano dijo en cierta ocasión que “el corazón del hombre es muy pegajoso; todo lo que se le atraviesa se le pega” A veces nos apegamos a cosas materiales, a una vida fácil, y otras veces, nos adherimos a ambiciones personales. Cuando nos adherimos a algo, no podemos amar a Dios de una manera apropiada. No sólo nos apegamos a lo que tenemos, sino también a lo que no tenemos. Podemos aún adherirnos a nuestras dificultades, imaginaciones o vanagloria. No importa a qué se apegue nuestro corazón, mientras haya algo usurpando el lugar de Dios en nosotros, estamos caídos. Cada vez que el lugar de Dios es usurpado en nosotros, venimos a ser personas caídas.
Una persona puede haber sido salva durante diez años. Durante los primeros cinco años puede haberle ido bien, pero en los siguientes cinco años hubo algo en su corazón que tomó el lugar que corresponde a Dios, y vino a ser una persona caída. Aunque siguió yendo a las reuniones, orando y sirviendo a Dios, interiormente había caído. La meta de Dios es que el hombre sea un vaso que lo contenga. Mientras seamos ocupados por algo que no sea Dios y mientras no le demos a El el debido lugar, seremos personas caídas. Si hay algo que ocupe el lugar que corresponde a Dios, entonces uno ama aquello más que a Dios.
Otro aspecto del avance espiritual consiste en ser despojados de ciertas cosas nuestras en nuestro ser interior. Tan pronto algo es quitado de nosotros, avanzamos espiritualmente. Cuando algo que usurpa el lugar de Dios es quitado de nosotros, progresamos espiritualmente. El avance espiritual consiste en ser libres de todo lo que usurpa el lugar de Dios.
Hermanos y hermanas, no sólo debemos ser limpios sino también puros; no debemos ser ocupados por nada que no sea Dios. Cada vez que Dios nos quite algo que no sea El mismo, avanzamos espiritualmente. El avance espiritual es el aumento del elemento de Dios en nosotros y también la eliminación de elementos nuestros que no son Dios. Si algo es eliminado de nosotros, estamos progresando. Si el elemento de Dios se aumenta en nosotros, estamos progresando.
Muchos creyentes son librados de los placeres del pecado en el momento de ser salvos. Sin embargo, ser libres del pecado no es suficiente. El avance espiritual consiste en ser libres de todo lo que usurpa el lugar de Dios.
¿Cómo podemos librarnos de estas cosas? Cuando somos constreñidos por el amor de Dios, nuestro corazón se vuelve hacia Dios, y el Espíritu de Dios tiene la oportunidad de operar en nuestro interior. Cuando esto sucede, la persona es iluminada y puede ver. Una vez que ve algo, el Espíritu Santo intensifica Su obra. El creyente obedecerá al Espíritu, y algo será eliminado en él.
El Señor les dijo a los discípulos: “Todo aquel que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser Mi discípulo” (Lc. 14:33). Cuando el Señor Jesús habló de la necesidad de renunciar a todo, quiso decir que debíamos llevarlo a cabo por el Espíritu que mora en nosotros. Por consiguiente, la obra de la cruz sólo puede ser ejecutada por el Espíritu Santo, y sólo entonces las cosas podrán ser eliminadas.
¿Cómo puede el Espíritu Santo efectuar la obra de la cruz? Mientras nuestro corazón esté abierto al Señor, el Espíritu nos aplicará la cruz. En la cruz, el Señor ya efectuó la obra de despojarnos. En la actualidad la realización de esta obra de despojar que lleva a cabo el Espíritu, se basa en el grado al cual nuestro corazón se vuelva a Dios.
Apuntes del Libro: El avance espiritual (Wachtman Nee)
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