El reino y su propósito
En Mateo 6:9-12 tenemos la oración que el Señor les indicó a Sus discípulos como una modelo para orar. Fijaos en la oración comienza con el reino “Venga tu reino” y concluye con el reino “Porque tuyo es el reino…” Dios necesita un reino. Es vital para Su economía tener un reino, un gobierno real, y eficaz, ahora en la tierra, luego en el milenio y en la eternidad.
El reino es importante para Dios. Debemos ver esto. Necesitamos permanecer abiertos a Dios para recibir, no simple información contada por otros acerca de Dios, sino una revelación. necesitamos una revelación de Dios. Una vez que Dios se revele a nosotros, aún de manera básica, ya no volveremos a ser los mismos.
Dios escogió a Abraham para obtener una nación. Cuando sacó a sus descendientes, el pueblo de Israel, de Egipto, les dijo: “Vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente santa” (Éxodo 19:6). En esta declaración tenemos “reino”, “sacerdotes” y “gente santa”. El objetivo de Dios, Su anhelo y necesidad es tener un reino de personas que estén bajo Su autoridad, que le sigan y obedezcan, personas que le expresen, le ministren y le manifiesten a todo el mundo. Personas que lleven Dios a la gente y la gente a Dios, dependiendo sólo de Dios, disfrutándole y experimentándole.
Este reino compuesto por personas que estén llenos de Dios, con la vida de Dios y la luz de Dios, deben de existir para que Dios pueda cumplir Su propósito. La nación de Israel era un tipo de la iglesia y una sombra de la realidad que es la iglesia hoy.
Cuando creímos y recibimos a Dios en Cristo como el Espíritu en nuestro espíritu, la vida de Dios entró en nuestro ser para que pudiéramos vivirle a Él. ¡Esto es misterioso y maravilloso! Hoy somos hijos de Dios precisamente como resultado de este hecho. Somos hijos de Dios engendrados por Él, no hijos adoptados. La adopción no cumpliría con los requisitos necesarios para hacer que accedamos y participemos del reino de los cielos, es decir, “ver y entrar” lo que significa ver en términos de un revelación para poder entrar, o sea estar en el reino (Juan 3:3, 5).
Somos hijos nacidos del Espíritu al haber creído no por haber sido creados por Dios. ¡Aleluya que somos hijos auténticos de Dios! ¡El elemento de Dios está en nosotros! (2 Pedro 1:4) ¡Hemos sido trasladados a Su reino! (Col 1:13).
Dios quiere obtener un reino para cumplir Su propósito. “El cumplimiento de Su propósito depende en gran medida del reino” (ref. Mateo 4:23). Necesitamos luz para ver con claridad la necesidad que Dios tiene de obtener una esfera donde Él pueda ejercer Su autoridad, reinar, restaurar todas las cosas …”y entonces, vendrá el fin” (Mateo 24:14).
Hoy Dios está disponible como el Espíritu para residir en los creyentes y hacer Su hogar en los corazones de ellos para que seamos constituidos de Dios mismo y Cristo sea formado en nosotros, que es la edificación de Su Cuerpo, Su morada, todo lo cual alcanzará la consumación como la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:2). ¡Aleluya!
"y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra" (Apocalipsis 5.9-10)
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