El fluir de Vida en el hombre


 Dios como vida representado por el árbol de la vida

Inmediatamente después de crear al hombre en Génesis, Dios puso al hombre frente al árbol de la vida (2:8-9). Al final de Apocalipsis vemos todavía el árbol de la vida (22:2). El árbol de la vida representa a Dios mismo. Dios es la fuente de vida. Cuando Dios dice que quiere que el hombre acuda al árbol de la vida, está diciendo que quiere que el hombre tenga contacto con Él. Dios desea entrar en el hombre y ser su vida.

Dios como vida representado por el rio de vida

Jesús dijo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; (Juan 7:37-39). Para recibir y abrirnos al rio de Dios, es decir al Fluir su vida en nosotros necesitamos tener sed del fluir y beber de este fluir. Los ríos de agua viva nos habla de que hay un fluir de vida.  

Apocalipsis 22:1-2 habla de un río de agua de vida que procede del trono de Dios, y de que en este río de agua de vida está el árbol de la vida. Tanto el agua de vida como el árbol de la vida representan la vida. Así que la vida es el fluir de Dios. Las aguas mencionadas en Ezequiel 47 simbolizan este fluir de Dios. Adondequiera que fluyan las aguas, todas las cosas tendrán vida. Asimismo, adondequiera que llegue este fluir de Dios, habrá vida, porque este fluir es la vida misma.

Él tenía que fluir hacia nosotros; para que fuera vida para nosotros. Por esta causa Dios se encarnó y tuvo que pasar por varias etapas:
 

1º La Encarnación 

Esta primera etapa consiste en que Dios se hizo carne. Esto hizo posible que El saliera de los cielos para fluir en medio de los hombres y manifestarse como vida siendo “manifestado en carne”  Aunque en la primera etapa de este fluir Él podía manifestarse a nosotros como vida, nosotros no podíamos recibirlo como vida. Por eso tuvo que dar el segundo paso para que pudiéramos recibir el fluir.

2º La Crucifixión

El segundo paso de Su fluir fue mediante la muerte en la cruz, su cuerpo de carne que Él había tomado fue quebrantado, permitiendo que su vida fluyera de la carne y llegara a ser el agua viva de vida, para que nosotros le bebiéramos y recibiéramos. Cristo se hizo carne para ser como un grano de trigo que contenía vida que al morir, pudiera fluir y salir de la cáscara de su carne y entrar en nosotros - a fin de producir Sus muchos frutos - y llegar a ser nuestra Vida (Jn. 12:24).

3º La Resurrección

 Por tanto, la Vida que recibimos de Dios es el fluir de Dios mismo. Este fluir de Dios comenzó en Su trono; primero entró en Jesús el nazareno; luego pasó por la cruz y en resurrección entró en los apóstoles; después este fluir salió de los apóstoles como ríos de agua de vida (Jn. 7:38); pasó por los santos de todos los siglos, y finalmente entró en nosotros y seguirá así por toda la eternidad, fluyendo para siempre y sin cesar….

La humanidad de Jesús y el fluir de vida

Es en la humanidad de Jesús que tenemos la vida, el crecimiento en vida y el fluir de vida, y este fluir es el que satisface a otros. Si bebemos diariamente del Espíritu de Jesús, todo lo que seamos será un fluir de vida que nos satisfará no sólo a nosotros, sino también a los demás. Tal fluir de vida no es algo que se relacione con el hablar en lenguas o la manifestación de dones, y tampoco se relaciona con el poder, el conocimiento o la enseñanza; más bien, es una vida en la que siempre bebemos de Jesús. Esta vida no se manifiesta de forma milagrosa, divina o celestial, sino de una forma muy humana.

Si usted es un hermano que bebe de Jesús, disfrutando de Su humanidad, aunque quizás parezca que no tiene poder, el fluir de vida dentro de usted satisfará, convencerá, atraerá y finalmente convertirá a otros. Así es como se esparce el evangelio en la vida de iglesia. Esta clase de predicación del evangelio no depende mucho del poder, sino de la vida que disfruta de la humanidad de Cristo.

La comunión de vida y el fluir de Vida

Un foco eléctrico que brilla nos da un ejemplo del fluir. La electricidad en él fluye continuamente, poniéndolo en comunicación con la central eléctrica y con muchos otros focos brillantes. Esta comunicación está en el fluir de la electricidad dentro del foco. Igualmente, la comunión de vida en nosotros también está en el fluir de la vida dentro de nosotros. La vida de Dios dentro de nosotros trae consigo un fluir de vida, y así tenemos la comunión de vida. Esta comunión de vida nos capacita para estar en contacto con Dios y también con miles de santos. Por lo tanto, el significado de la comunión de vida es el fluir de vida. Este fluir de vida no está separado de la vida; más bien, es la comunión del fluir de la vida misma. 

Esta comunión del fluir de vida requiere que continuamente andemos y vivamos al seguirla y dejarnos llevar por ella. Cada vez que no la seguimos o no nos rendimos a ella, la comunión deja de fluir. Así la comunión entre nosotros y Dios es cortada, y la comunión entre nosotros y los santos se acaba.

En Juan7:37 nótese que Jesús dijo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Ese rio es Cristo mismo, donde necesitamos beber. "El fluir de vida es en realidad Cristo, como el Espíritu, fluyendo con sus virtudes y riquezas en nosotros, que fluirá por toda la eternidad"


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