La autoridad de la iglesia



El Señor dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae. (Lucas 11:14-23) Por desgracia muchos creyentes están en divisiones y estas no son la base para que el Señor ejerza su autoridad sobre su enemigo. Un reino dividido no tiene poder ni autoridad.

En una ocasión unos hombres iban a expulsar un demonio y este les respondió: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? (Hechos 19:15) Esto se lo dijo a personas que no conocían realmente al Señor y su autoridad.

Muchos creyentes creen que Satanás teme que apliquemos la sangre y el nombre de Jesús, es cierto que hay autoridad, pero lamentablemente lo utilizan personas que están en grupos apostatas o divisivos que creen que usando esto obtienen poder para ser ellos exaltados, pero no buscan ni conocen el propósito eterno de Dios.

Es cierto que el enemigo de Dios teme a la autoridad de Jesús que ejercen los hijos de Dios que conocen el valor del nombre de Jesús y de su sangre, pero sobre todo a los que también guardan el testimonio de Cristo, el vínculo de paz y la unidad del cuerpo. (Efesios 4:3-4)

Pablo conocía la autoridad del Señor porque guardaba la unidad del cuerpo y en una ocasión dijo: ¿Acaso está dividido Cristo? (1 Cor 1:10-13) y que fuéramos “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu”(Efesios 4:3-4)

Satanas no teme a los grupos o divisiones, todo lo contrario esta situación le beneficia y tampoco le teme a alguien de manera individual que le declare la guerra espiritual. El teme que le declaremos la guerra siendo un solo cuerpo, una sola iglesia, un solo y nuevo hombre, luchando contra él como el guerrero corporativo de Dios.

Por tanto, Solo tienen la verdadera autoridad sobre el enemigo la tiene las personas que están en Cristo, le conocen verdaderamente y guardan la unidad genuina del cuerpo.

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