¿Por qué el hombre fue creado?



El primer aspecto crucial y sobresaliente en cuanto a la creación del hombre es que Dios creó al hombre a Su imagen y conforme a Su semejanza (Gn. 1:26a).

¿Quién es la imagen de Dios?

La Biblia nos dice que Cristo es la imagen de Dios 2 Co.4:4; Col. 1:15. En Romanos 9:21 dice que Dios nos creó y nos escogió con el objetivo de que fuéramos vasos para contenerle a El. Por lo tanto, no solamente fuimos creados conforme a la imagen de Cristo, sino que también fuimos creados como vasos en lugar de instrumentos. Dios no nos creó como instrumentos para que obráramos para El; en cambio, nos creó como vasos para contenerle.

El segundo aspecto sobresaliente en la creación del hombre es que Dios le dio al hombre un espíritu. En Génesis 2:7 dice que Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sin duda, esto se refiere al cuerpo del hombre como la forma externa de su ser.

Después de que Dios formó un cuerpo para el hombre, El sopló en su nariz el aliento de vida. El polvo no tiene vida, pero el aliento de Dios sí tiene vida. En Génesis 2:7 la palabra que se usa para aliento en Hebreo es "neshamah" Se usa también en Proverbios 20:27, que dice:“ Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre”. Esto indica que e mismo aliento de vida que se sopló en el cuerpo del hombre llegó a ser el espíritu del hombre. Esto se confirma con Job 32:8, donde dice: “Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del Omnipotente le hace que entienda”. En este versículo “espíritu hay en el hombre” y “el soplo del Omnipotente” se encuentran en aposición, lo que indica que el espíritu del hombre y el soplo de Dios son uno.

El espíritu del hombre es el aliento de Dios y el aliento de Dios es el espíritu del hombre. Además, el cuerpo del hombre y el espíritu del hombre se unieron para producir un alma viviente (Gn.2:7).

Un ser humano es un alma con dos órganos. El órgano exterior es el cuerpo y el órgano interior es nuestro espíritu, el cual es el aliento de vida. Así que en 1 Tes 5:23 se nos dice que un hombre completo está compuesto de espíritu, alma y cuerpo.

Cuando el hombre tripartito fue creado se le dio un espíritu para que éste fuera el receptor y recipiente de la vida divina (Gn. 2:7; Pr. 20:27).Una radio tiene un receptor en su interior para poder recibir, contener y expresar las ondas radiales que se trasmiten a través del aire. La caja exterior de la radio no es suficiente. Necesita un receptor. Dentro de nosotros también hay un receptor, y éste es nuestro espíritu.

Zacarías 12:1 clasifica al espíritu del hombre con los cielos y la tierra. Dice que el Señor es Aquel que extendió los cielos, fundó la tierra y formó al espíritu del hombre dentro de él ... Esto muestra que solamente estas tres cosas son importantes y esenciales en este universo. Los cielos fueron creados para la tierra, la tierra, para el hombre y el hombre tiene un espíritu para Dios. Con esto vemos el propósito, el significado, del universo.

Los cielos con todas las estrellas y planetas fueron creados para la tierra. La tierra no fue creada para los cielos, sino para el hombre, ya que sin ella el hombre no podría existir. La tierra es el lugar óptimo para que podamos vivir y cumplir el propósito con el cual fuimos creados. El hombre no fue creado para la educación, la vestimenta, el alimento, la vivienda o para el entretenimiento. El hombre únicamente existe para Dios.

El hombre es hecho para Dios, como un vaso que ha de contener a Dios

Como tales vasos, necesitamos un receptor que pueda recibir a Dios. Dios es Espíritu (Jn. 4:24). Debido a que Dios es Espíritu, necesitamos un espíritu con el cual recibirlo. Solamente nuestro espíritu puede recibir al Espíritu. Solamente nuestro espíritu puede tocar al Espíritu. Solamente nuestro espíritu puede contener al Espíritu.

Si no tuviéramos un espíritu nuestra existencia carecería de sentido. Asimismo, si no existiera Dios en el universo, el universo entero llegaría a estar vacío. Si Dios no fuera el Espíritu y si nosotros no tuviéramos un espíritu para contactar a Dios,[para contener a Dios], para ser uno con Dios, el universo entero estaría vacío, y nosotros seríamos la nada. Con esto vemos la importancia de nuestro espíritu.

Así pues, el hombre es como un vaso que consta de tres partes: cuerpo, alma y espíritu (1 Ts. 5:23). Con el cuerpo podemos tener contacto con las cosas de la esfera física y recibirlas. Con el alma, la facultad mental, podemos percibir las cosas de la esfera psicológica y recibirlas. Y con el espíritu humano, la parte más profunda de nuestro ser, podemos tener contacto con Dios mismo y recibirle (Jn. 4:24).

El hombre no fue creado meramente para recibir comida en su estómago ni para acumular conocimiento en su mente, sino para contener a Dios en su espíritu (Ef. 5:18).

"Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria"(Romanos 9:23)

"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros"...(Hebreos 9:21)

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