Hemos recibido un solo Espíritu
Muchos cristianos tienen la confusión, de que cuando creyeron reciben a Cristo y luego tienen que recibir al Espíritu santo dentro de ellos. ¿Esto es así? Cuando Jesús resucitó infundio el Espíritu de vida esencial dentro de los discípulos, en Juan 20:22" Jesús sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban al Espíritu Santo". En ese mismo momento los discípulos recibieron su Espíritu santo, que es su soplo, es decir El mismo, mediante su Resurrección y esto fue antes del día de Pentecostés.
Pero luego les dijo en Hechos 1:8 que esperarán que el Espíritu descendiera sobre ellos. y les dijo: "Recibiréis poder, cuando haya venido Sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos." Esto tiene que ver con la ascensión del Señor, en la cual El recibe toda autoridad y poder, la cual nos transfiere a nosotros cuando somos investidos del Espíritu y esto ocurrió en Pentecostés..
A Jesús le ocurrió lo mismo, en Él estaba el Espíritu santo desde que fue engendrado como hombre pero luego necesito que descendiera el Espíritu sobre El para comenzar su ministerio en la tierra. (Lucas 3:22)
Hay dos maneras en la cual el Espíritu está en nosotros: La primera es cuando le recibimos dentro en la salvación y la regeneración para ser nuestra vida y la segunda es para recibir autoridad, poder y unción para ser testigos. Es posible, incluso normal que cuando usted cree lo reciba de las dos maneras.
Por lo tanto usted NO ha recibido dos Espíritus (uno cuando creyó y otro diferente para recibir poder y dones) Usted solo ha recibido un mismo y solo Espíritu manifestándose en dos maneras: Interior como Vida y exterior como unción y Poder.
Le pongo un ejemplo: usted es una persona normal con una vida y se viste normal, pero si se vistiera de un uniforme de policía este le daría autoridad. De igual manera los que hemos creídos necesitamos la vida del Espíritu para ser Hijos de Dios y ser vestidos de la unción para ser sus testigos y llevar a cabo su ministerio en la tierra.
El bautismo del Espíritu tiene que ver con ser revestido o investido de poder y ser introducido, sumergido o bautizado en su ministerio en la tierra, el cuerpo de Cristo.(1 Corintios 12:13)
