El Dios triuno viene como el Espíritu
La vida y el Espíritu que son la esencia de Dios son indivisibles. La Trinidad de Dios es un misterio que no se nos ha dado a entender, puesto que no hay tres vidas, ni tres dioses, ni tres Espíritus diferentes, debido a que Dios es Uno, pero a su vez son tres, por tanto no debemos argumentar sobre este misterio tan solo creer.
El Señor reveló a sus discípulos que cuando Su presencia física les dejara, El vendría a ellos, ¿Pero de que forma Vendría? como el Espíritu de realidad, quien es El mismo, entrando y morando en ellos. En Juan 14:16-20 vemos con claridad que se refería a El mismo como el Espíritu, cuando un poco más adelante El les dijo a los discípulos: "Vendré a vosotros"
En Juan 14:23 El Señor dice que el Padre y el Hijo vendrían a hacer su morada en el hombre. Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él
En la vida divina, el Padre, el Hijo y el Espíritu son tres pero en esencia son uno. “El Espíritu de vida” es el Espíritu del Padre, el Espíritu Santo y el Espíritu de Cristo. Cuando recibimos al Espíritu de vida estamos recibiendo también al Padre y al Hijo en nosotros, Debido a que el Padre esta en El Hijo son Uno y están en el Espíritu.
Cuando Jesús vino, no vino solo, Él vino en y con el padre y por el Espíritu. Por lo tanto cuando el Espíritu de Dios viene a nuestras vidas, no viene tampoco solo, El viene con el Padre y con el Hijo. Éste es el Dios Triuno que llega a nosotros como el Espíritu con su fluir.
Dios es Espíritu - en singular- (Juan 4:24). Es cierto que al Espíritu se le llama de diferentes maneras pero su esencia no cambia, solamente nos indica ciertos aspectos de la economía de Dios en cuanto a su relación con nosotros. En nuestra experiencia para nosotros la vida no es el Dios Triuno que está en los cielos, sino el Dios Triuno que esta en nosotros y vive en nosotros.
El fluir del Dios Triuno indica que Su contenido, el cual es El mismo, primero fluyó a través de Cristo; luego fluyó como Espíritu para que lo recibamos como vida. Así que, cuando contactamos con Dios en Cristo, el cual es el Espíritu, tocamos la vida, porque la vida está en Cristo, el Espíritu.
El Padre contiene la vida y es la fuente, el Hijo que la manifiesta es el caudal y el Espíritu que hemos recibido, es el que nos trasmite su fluir.
Recordad lo que dijo el Señor: “No os dejaré huérfanos vendré a vosotros”
