Preguntas sobre la Gracia
Es importante que descubramos el significado verdadero y adecuado de la gracia de Dios según el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento en realidad no se hace mención de la gracia de Dios. La palabra “gracia”, tal como se usa en el Antiguo Testamento, significa favor. Juan 1:17 nos dice que la gracia vino por medio de Jesucristo.
Antes de la encarnación del Hijo de Dios, la gracia todavía no había llegado. La gracia llegó cuando el Señor Jesús vino. Antes de ese tiempo, la ley había sido dada por medio de Moisés. La promesa de la gracia también le había sido dada a Abraham; esta promesa fue dada antes que la ley fuese dada. Primero, Dios le dio a Abraham la promesa de la gracia. Luego, cuatrocientos treinta años más tarde, la ley fue dada por medio de Moisés en el monte Sinaí. Pasaron aproximadamente otros mil quinientos años antes de que la gracia viniese por medio de Jesucristo, es decir, por medio del Hijo de Dios encarnado.
Conforme a Juan 1:1 y 14, el Verbo que era desde el principio con Dios y que era Dios se hizo carne y fijó tabernáculo entre nosotros, lleno de gracia y de realidad. El versículo 16 dice: “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia”. Puesto que la gracia vino con Jesucristo, la gracia no estaba todavía presente en el Antiguo Testamento. Por tanto cuando vino Cristo vino la Gracia. La gracia esta en Cristo y El mismo, su persona y todo lo que es El, es la gracia.
Necesitamos tener claro que la gracia es Dios en Su Trinidad en la misma persona de Cristo que se ha dado a nosotros por medio de Su encarnación, vivir humano, crucifixión, resurrección y ascensión, para ser nuestra salvación, redención, justificación, santificación, sabiduría, suministro de vida y poder, y el todo para nosotros. Dios ha venido en Cristo al hombre para que el hombre participe de Dios mismo y por tanto de su gracia, sin que el hombre realice nada ni ninguna obra para que esto ocurra.
Ahora vamos a considerar diferentes aspectos de la gracia con respecto a la salvación del hombre
Leemos en Romanos 3:24: “Siendo justificados gratuitamente por Su gracia”. ¿Qué significa “gratuitamente”? Al decir que la gracia de Dios justifica gratuitamente a una persona, simplemente nos referimos a que Dios justifica a una persona sin causa alguna. Examinemos los siguientes versículos: “Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado” (Gá. 3:22); “Porque Dios a todos encerró en desobediencia” (Ro. 11:32). Dios ha puesto a todos los hombres en la misma posición para que ninguno sea salvo por sus buenas obras y para que todos los seres humanos sean salvos por la gracia.
Cristo, como la gracia no viene al hombre porque el hombre lo merece sino porque el hombre no lo merece puesto que el hombre es injusto
Muchos piensan: “Voy a tratar de hacer lo posible por cumplir la ley y además confiaré en la gracia de Dios en aquello que no pueda hacer”. Esto indica que confían parcialmente en las obras y parcialmente en la gracia. En cierta ocasión un hombre dijo: “Debemos cumplir los Diez Mandamientos, de lo contrario no podremos ser salvos”, a lo cual alguien le preguntó: “¿Has quebrantado alguno de los Diez Mandamientos?” El respondió: “Sí lo he hecho”. Y le preguntaron nuevamente: “¿Qué haces después de la transgresión?” Replicó: “Confío en la gracia de Dios en lo que no puedo cumplir”. Este es uno de los errores más comunes en lo que se refiere a gracia. La gracia no es un aporte a nuestras obras. El hombre no puede añadir nada a la gracia.
A muchas personas les disgusta la gracia porque ella requiere que uno reconozca su total incompetencia. La gracia exige que uno reconozca que es perverso. Así como una taza puesta boca abajo no puede contener agua, una persona orgullosa no puede recibir la salvación, pues no está dispuesta a reconocerse débil y perdido; uno debe admitir que es inútil para poder recibir la gracia de Dios.
Conforme a Juan 1:1 y 14, el Verbo que era desde el principio con Dios y que era Dios se hizo carne y fijó tabernáculo entre nosotros, lleno de gracia y de realidad. El versículo 16 dice: “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia”. Puesto que la gracia vino con Jesucristo, la gracia no estaba todavía presente en el Antiguo Testamento. Por tanto cuando vino Cristo vino la Gracia. La gracia esta en Cristo y El mismo, su persona y todo lo que es El, es la gracia.
Necesitamos tener claro que la gracia es Dios en Su Trinidad en la misma persona de Cristo que se ha dado a nosotros por medio de Su encarnación, vivir humano, crucifixión, resurrección y ascensión, para ser nuestra salvación, redención, justificación, santificación, sabiduría, suministro de vida y poder, y el todo para nosotros. Dios ha venido en Cristo al hombre para que el hombre participe de Dios mismo y por tanto de su gracia, sin que el hombre realice nada ni ninguna obra para que esto ocurra.
Ahora vamos a considerar diferentes aspectos de la gracia con respecto a la salvación del hombre
¿En qué consiste la gracia de Dios?
La gracia no consiste en conceder al hombre lo que merece. Romanos 4:4 dice: “Ahora bien, al que obra no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda”. En otras palabras, la gracia consiste en recibir lo que uno no merece. Si la gracia consistiera en recibir lo que uno merece, entonces el significado mismo de gracia sería nulo. La gracia es gracia porque no incluye mérito alguno. Efesios 2:8 dice: “Porque por gracia habéis sido salvos”. El hecho de que uno haya sido salvo demuestra que esto se produce por la gracia, no porque uno mereciera ser salvo.Leemos en Romanos 3:24: “Siendo justificados gratuitamente por Su gracia”. ¿Qué significa “gratuitamente”? Al decir que la gracia de Dios justifica gratuitamente a una persona, simplemente nos referimos a que Dios justifica a una persona sin causa alguna. Examinemos los siguientes versículos: “Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado” (Gá. 3:22); “Porque Dios a todos encerró en desobediencia” (Ro. 11:32). Dios ha puesto a todos los hombres en la misma posición para que ninguno sea salvo por sus buenas obras y para que todos los seres humanos sean salvos por la gracia.
Cristo, como la gracia no viene al hombre porque el hombre lo merece sino porque el hombre no lo merece puesto que el hombre es injusto
¿Es La gracia un Complemento a lo que el hombre merece?
La gracia tampoco es un complemento a lo que el hombre merece. Efesios 2:9 dice: “No por obras, para que nadie se gloríe”, lo cual no quiere decir que el hombre no deba hacer buenas obras después de ser salvo, sino sencillamente que no es salvo por hacerlas. Si el hombre fuera salvo por hacer buenas obras, éste se podría vanagloriar; Dios no comparte Su gloria con el hombre ya que El aborrece la gloria del hombre. Por lo tanto, la gracia de Dios no es un complemento a lo que el hombre merece.Muchos piensan: “Voy a tratar de hacer lo posible por cumplir la ley y además confiaré en la gracia de Dios en aquello que no pueda hacer”. Esto indica que confían parcialmente en las obras y parcialmente en la gracia. En cierta ocasión un hombre dijo: “Debemos cumplir los Diez Mandamientos, de lo contrario no podremos ser salvos”, a lo cual alguien le preguntó: “¿Has quebrantado alguno de los Diez Mandamientos?” El respondió: “Sí lo he hecho”. Y le preguntaron nuevamente: “¿Qué haces después de la transgresión?” Replicó: “Confío en la gracia de Dios en lo que no puedo cumplir”. Este es uno de los errores más comunes en lo que se refiere a gracia. La gracia no es un aporte a nuestras obras. El hombre no puede añadir nada a la gracia.
¿Cuándo y por qué recibimos gracia?
La gracia es concedida al hombre porque éste no la merece. Cuando un hombre se da cuenta de que es débil, perdido y de que no tiene salida, apela a la gracia, y cuando Dios ve al hombre en esa situación, le imparte la gracia, que no es otra cosa que Dios mismo en Cristo impartiéndose en El Si el hombre todavía se siente fuerte o bueno por si mismo, no se dará cuenta de que necesita la gracia, y Dios tampoco se la otorgará. La incapacidad del hombre no impide que Dios le dé la gracia; por el contrario, ésa es la única condición para que Dios la otorgue y se imparta en el Hombre.A muchas personas les disgusta la gracia porque ella requiere que uno reconozca su total incompetencia. La gracia exige que uno reconozca que es perverso. Así como una taza puesta boca abajo no puede contener agua, una persona orgullosa no puede recibir la salvación, pues no está dispuesta a reconocerse débil y perdido; uno debe admitir que es inútil para poder recibir la gracia de Dios.
¿Puede Dios no salvar a una persona por ser inferior o indigna?
La gracia de Dios no tiene nada que ver con ser merecedor ni con ser digno, ya que todos los hombres son iguales ante El y todos pueden recibir Su gracia. Dios no hace acepción de personas ni estima quién es más digno ni quién lo es menos; tampoco concede más gracia a aquellos que son más dignos, ni a los menos dignos da menos gracia. Dios no otorga menos gracia a aquellos que tienen muchos pecados y más gracia a aquellos que tienen pocos. Dios no usa la gracia para remendar los defectos de los pecadores. La gracia se concede a aquellos que no la merecen independientemente de su condición.Uno puede ser un pecador “mejor” o un pecador “peor”, pero sigue siendo al fin y al cabo un pecador. La Biblia dice que todos somos pecadores y que Dios envió al Señor Jesús para que muriera por nosotros y nos concediera a cada uno la oportunidad de ser salvo. Si en el mundo existiera un solo pecador que necesitara ser salvo, Dios aún enviaría a Su Hijo para que muriera por él. Esto lo podemos apreciar en la parábola del pastor que tiene cien ovejas. Fue en busca de la oveja perdida y dejó las noventa y nueve en el redil (Lc. 15:3-4). Así que, mientras usted sea un gran pecador o un pequeño pecador, y en tanto que sea la oveja perdida, necesita la muerte del Señor Jesús.
¿Es la gracia un préstamo de Dios a devolver por el hombre?
La gracia no convierte al que la recibe en un deudor. Una deuda significa que uno recibe cierta cantidad de dinero, la cual puede disfrutar ahora pero tendrá que pagarla posteriormente. Los sueldos van de acuerdo al trabajo realizado. La gracia no consiste en que a uno se le preste algo temporalmente ni en que reciba un salario de acuerdo a las capacidades. Dios nos salva por gracia; por lo tanto, El no nos ha prestado la salvación; si fuera un préstamo, entonces no sería gracia. Si Dios nos concede algo y espera que le paguemos más tarde, entonces es un préstamo, y no es gracia.La gracia se concede gratuitamente a todos los que son indignos y no la merecen. No hay precio que se pueda pagar por ella ni para el pasado ni para el presente, y tampoco hay ninguna necesidad de pagar en el futuro. Los hombres tienen el concepto erróneo de que la salvación se recibe por gracia, pero depende de ellos conservarla. Este es un gran error.
La Biblia nunca dice que la gracia nos convierta en deudores. Romanos 6:23 dice: “Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. ¿Cuál es la característica de la vida eterna? Es un regalo un obsequio que Dios nos concede. ¿Acaso se devuelve un regalo? Necesitamos ver claramente que la gracia no es un préstamo; no tiene que pagarse hoy ni dentro de muchos días; esto no significa que los creyentes no necesitan hacer buenas obras ni servir a Dios fielmente.ç
Después de ser salvos, debemos ser fiel a Dios, pero el motivo por el que lo hacemos debe ser el amor al Señor, y la energía que usemos en ello debe ser el Espíritu Santo. Hacer buenas obras y servir al Señor fielmente no tienen como fin obtener la salvación ni conservarla; tampoco cumplen el propósito de cancelar la deuda de la salvación.
¿Perdona Dios gratuitamente al pecador solo por amor y pura misericordia?
La gracia no perdona los pecados del hombre directamente. Este interrogante se ha entendido mal entre muchos creyentes, quienes piensan que Dios perdona los pecados por ser magnánimo o tolerante, pero la Biblia no dice eso. Romanos 5:21 dice: “Para que así como el pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro”. El pecado reina solo, pero la gracia reina por la justicia; la gracia no reina aislada. Debemos entender que Dios no sólo concede gracia sino que también es justo, y no sólo se deleita en salvar al hombre sino también en salvaguardar la salvación de éste con la justicia.El hecho de que Dios nos concede gracia no significa que Dios sea generoso por perdonar nuestros pecados. Por el contrario, Dios planeó la solución al problema de nuestros pecados y nos concedió la oportunidad deser salvos. Si interpretamos erróneamente lo que es la gracia y simplemente la consideramos como liberalidad por parte de Dios, entonces la cruz sería innecesaria y carecería de significado. Ciertamente sin el amor de Dios no existiría la cruz de Cristo, y tampoco existiría si El sólo tuviera amor sin Su justicia. Dios sabe que pecamos y, por ende, no puede pasar por alto nuestro pecado. En vista de que nosotros no teníamos posibilidad alguna de solucionar este problema, Su hijo cargó con nuestros pecados en la cruz y resolvió el problema del pecado de una vez y para siempre. Esta es la gracia de Dios. Ella es la solución al problema y por ella nuestros pecados son perdonados. Esta es la razón por la cual el Señor tenía que morir a fin de que nosotros fuésemos salvos
El Señor Jesús recibió el castigo y murió por nuestros pecados, y por eso Dios nos perdonó. Algunos piensan que debemos rogar a Dios hasta que cambie de parecer, lo cual no es correcto. Podemos obtener el perdón porque Dios derramó Su ira y cargó nuestros pecados sobre el Señor Jesús. Así que podemos decirle: “Te damos gracias y te alabamos Dios, porque el Señor Jesús fue juzgado en nuestro lugar”. La justicia exige el castigo sólo una vez, después de lo cual no hay más castigos.
La gracia no perdona directamente los pecados del creyente. Este principio es el mismo que acabamos de mencionar. Supongamos que un creyente es vencido por el pecado pero se arrepiente. No tiene que suplicar que Dios le perdone ni pedirle que haga algo, lo que tiene que hacer es creer que Cristo ya lo hizo. Dios es justo, y puesto que el Señor Jesús murió, Dios perdona a quienes son salvos.
Si desafortunadamente un hijo de Dios comete algún pecado, debe entender claramente que al confesar sus pecados, recibe el perdón (1 Jn. 1:9) que somos limpios de todo pecado y que Dios siempre está dispuesto a perdonar porque el Señor Jesús es nuestro Abogado delante de El (2:1-2); y Dios nos perdona y nos limpia porque por un lado El es fiel y justo, y por otro, el Señor Jesús es el Justo.
El amor de Dios y la Gracia
Puesto que Dios es amor, surge el asunto de la gracia. Sin duda el amor es precioso, pero el amor debe tener su expresión. Cuando el amor es expresado, se convierte en gracia. La gracia es el amor expresado. El amor está en Dios. Pero cuando este amor viene a usted, se convierte en gracia. Si Dios es sólo amor, El es muy abstracto. Pero gracias al Señor que aunque el amor es algo abstracto, con Dios es inmediatamente convertido en algo substancial. El amor interno es abstracto, pero la gracia exterior le ha dado substancia.Por ejemplo, supongamos que usted le tiene lástima a un pobre, y que lo ama y le tiene simpatía. Si usted no le da comida y ropa, cuánto mucho usted puede decir que lo ama. Usted no puede decir que usted es gracia para él. ¿Cuándo puede usted decir que tiene gracia para él? Cuando le da una taza de arroz o ropa o algo de dinero, y cuando la comida, ropa, o dinero llega a él, su amor se convierte en gracia. La diferencia entre el amor y la gracia consiste en el hecho de que el amor es interno y la gracia es externa. El amor es principalmente un sentimiento interno, mientras que la gracia es un hecho externo. Cuando el amor entra en acción, se convierte en gracia. Cuando la gracia vuelve a su sentimiento, es amor. Sin amor, la gracia no existe. La gracia existe porque el amor existe.
La definición de la gracia no es solamente el acto de amor. Debemos agregar algo más. La gracia es el acto de amor para con el necesitado. Dios ama a Su Hijo unigénito. Pero no hay elemento de gracia en este amor. Uno no puede decir que Dios trata con Su Hijo en gracia. Dios también ama a los ángeles, pero eso tampoco puede considerarse como gracia. ¿Por qué el amor del Padre para con el Hijo y el amor de Dios para con los ángeles no es gracia? Porque no hay necesidad ni indigencia. Sólo hay amor; el pensamiento de la gracia no está. El amor se palpa como gracia sólo cuando hay indigencia y necesidad, cuando no hay otra manera de resolver los problemas. Puesto que somos pecadores, somos los que tienen problemas; y no tenemos manera de resolver nuestros problemas. Pero Dios es amor, y Su amor nos es manifestado como gracia.
El amor de Dios se convirtió en gracia por medio de la obra del Señor Jesús. Por lo tanto, la Biblia nos dice que la ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia vino por medio de Jesucristo (Juan 1: 17).
"Si usted no ha recibido a Cristo en su vida y por lo tanto no ha recibido la gracia de Dios ni la salvación; toda persona necesita orar a Dios, pidiendo perdón por sus pecados para ser limpiados porsu sangre y recibir así la vida de Dios dentro en su interior, para ser lleno de ella"
Oración:
Señor me abro a ti, perdona mis pecados y límpiame con tu sangre. Gracias por haber muerto por mi en la cruz.
Te acepto como mi Señor, salvador y mi vida.
Te ofrezco mi vida y te ruego que entres en mi ser. Gracias.
La salvación y el plan de Dios El perdón de Dios La redención La naturaleza caida del hombre
El pecado, los pecados, los pecadores Las obras y la salvación Preguntas sobre la Gracia
El significado de la Gracia La certeza de la salvación El significado del bautismo El valor de la sangre de Cristo
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Señor me abro a ti, perdona mis pecados y límpiame con tu sangre. Gracias por haber muerto por mi en la cruz.
Te acepto como mi Señor, salvador y mi vida.
Te ofrezco mi vida y te ruego que entres en mi ser. Gracias.
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