La Redención
Redimir es volver a comprar a cierto precio. Nosotros originalmente pertenecíamos a Dios pero nos perdimos mediante el pecado. Los requisitos de la santidad, de la justicia y de la gloria de Dios que pesaban sobre nosotros eran tan grandes que era imposible satisfacerlos, Sin embargo Dios pagó el precio por nosotros mediante Cristo, recuperándonos a gran precio. Cristo murió en la cruz para redimirnos (Gá. 3:13; Tit. 2:14; 1 P. 2:24; 3:18); Su sangre obtuvo eterna redención para nosotros (1 P. 1:18-19).
La palabra redención significa comprar de nuevo, es decir, recuperar un objeto que fue dado como garantía. Redimir es liberar de un mal al comprarlo de regreso. Esto implica comprar la deuda de un esclavo con el objetivo de darle libertad.
Muchos predicadores enseñan que fuimos redimidos de la mano del diablo, que éramos sus esclavos, y es por eso que el Señor Jesús tuvo que derramar Su sangre para redimirnos. ¿Es esto así? No. Si tal fuera el caso, esto indicaría que Dios habría reconocido que el diablo tenía derecho legal sobre nosotros. Supongamos que alguien que usted conoce le roba un artículo; si usted paga un precio por recobrar lo que le robaron, está reconociendo que el robo es lícito. Si decimos que el Señor Jesús derramó Su sangre para redimirnos pagándole al diablo el precio correspondiente, damos a entender que Dios reconoce la legitimidad de la caída del hombre en manos del diablo. Por supuesto que esto no es así.
¿Debemos decir que fuimos redimidos de la mano o ira de Dios? Esto tampoco es correcto. Al decir que somos redimidos de la mano de Dios, anulamos Su amor. El Señor Jesús vino porque Dios lo envió, y la Biblia reitera que Dios nos ama y así preparó el camino de nuestra salvación.
¿Deberíamos decir entonces que fuimos redimidos del pecado? No. Tampoco podemos decir eso, porque si así fuera, ¿a quién se le pagó por el rescate? El Señor pagó el precio; sin embargo, el pecado no puede ser el reclamante de este precio.
Entonces ¿De qué somos redimidos o liberados? Según Gálatas 4:5 en el tiempo establecido Dios envió a Cristo como hombre sujeto a obedecer la ley con un solo propósito: la redención. Sólo hay un pasaje en la Biblia que puede contestar esta pregunta, y es Gálatas 3:13 donde dice: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición”
Concluimos que debido a la muerte de Cristo fuimos redimidos de la maldición de la ley. El pagó el precio con su sangre de la demanda de la ley. Eramos pecadores y ante Dios nos encontrábamos bajo la maldición de la ley; pero el Señor Jesús murió por nosotros y nos redimió de la maldición de la ley. No fuimos redimidos de la ley, sino de la maldición de la ley.
¿Debemos decir que fuimos redimidos de la mano o ira de Dios? Esto tampoco es correcto. Al decir que somos redimidos de la mano de Dios, anulamos Su amor. El Señor Jesús vino porque Dios lo envió, y la Biblia reitera que Dios nos ama y así preparó el camino de nuestra salvación.
¿Deberíamos decir entonces que fuimos redimidos del pecado? No. Tampoco podemos decir eso, porque si así fuera, ¿a quién se le pagó por el rescate? El Señor pagó el precio; sin embargo, el pecado no puede ser el reclamante de este precio.
Entonces ¿De qué somos redimidos o liberados? Según Gálatas 4:5 en el tiempo establecido Dios envió a Cristo como hombre sujeto a obedecer la ley con un solo propósito: la redención. Sólo hay un pasaje en la Biblia que puede contestar esta pregunta, y es Gálatas 3:13 donde dice: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición”
Cristo pagó el precio para liberarnos de la maldición de la ley
La ley fue dada para que pudiéramos entender la condición caída qué tenemos (Romanos 3:19-20). La ley es perfecta (Salmos 19:7), los imperfectos somos nosotros (Salmos 14:2-3). La ley nos hace ver las demandas de Dios y como el hombre es incapaz de cumplirlas y está sujeto al pago justo que es la muerte eterna (Romanos 6:23). A eso vino Cristo a pagar el precio de nuestras ofensas ante Dios.Concluimos que debido a la muerte de Cristo fuimos redimidos de la maldición de la ley. El pagó el precio con su sangre de la demanda de la ley. Eramos pecadores y ante Dios nos encontrábamos bajo la maldición de la ley; pero el Señor Jesús murió por nosotros y nos redimió de la maldición de la ley. No fuimos redimidos de la ley, sino de la maldición de la ley.
Ser redimido de la maldición de la ley significa ser redimido de las consecuencias de la ley. La justicia de Dios demanda que cualquiera que incumpla la ley debe ser castigado. El Señor Jesús satisfizo las exigencias de la ley al derramar Su sangre. El no nos libró de algunas leyes, sino de la maldición de la ley. Ya que la Biblia lo dice, debemos asentir. Agregar algo más o decir menos sería incorrecto
Apuntes: Preguntas sobre el evangelio (Watchman Nee).
La salvación y el plan de Dios El perdón de Dios La redención La naturaleza caida del hombre
El pecado, los pecados, los pecadores Las obras y la salvación Preguntas sobre la Gracia
El significado de la Gracia La certeza de la salvación El significado del bautismo
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