La gracia
Muchos cristianos tienen un concepto algo superficial de la gracia de Dios y piensan que la gracia es tan solo un favor, bondad o bendición que Dios nos da que no nos merecíamos, aunque este concepto es cierto, es incompleto y solamente doctrinal. Otros cristianos piensan que la gracia se refiere principalmente a las bendiciones materiales.
La mayoría de los cristianos piensan que gracia es simplemente algo dado por Dios. Si yo le regalo a usted una Biblia, eso es gracia. A pesar de que eso es correcto, en la Biblia la gracia significa mucho más que eso. La gracia no es solamente algo dado por Dios, sino que es el propio Dios que obra por nosotros y en nosotros. La gracia no es simplemente algo objetivo que Dios nos ha dado. La gracia es Dios mismo que viene a nosotros y actúa por nosotros. ¿Es usted débil? Dios vendrá para ser su fortaleza, y dicha venida es gracia. ¿Es usted incapaz de enfrentar su situación? Esto no debe preocuparle, porque Dios vendrá para permanecer con usted y enfrentar esa situación por usted y en usted. Eso es gracia.
Debemos que diferenciar lo que es hallar gracia de lo que es la Gracia, En el Antiguo testamento los hombres hallaban gracia en cuanto que Dios obraba en sus situaciones, pero eso no significa que hallaron la Gracia. La Biblia enseña que la Gracia no vino antes que Cristo viniera, sino que vino cuando vino Cristo.
Jesús vino lleno de gracia y verdad, es decir lleno de Dios (Juan 1.14) por lo que la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo, asi que Cristo es la verdad y también la gracia. (Juan 1:17)
Antes de la venida de Cristo, Dios no podía entrar, unirse, ni darse a el Hombre, ni este podía recibirlo. Dios no podía unirse a al espíritu del hombre, pero debido a la obra de Cristo, su muerte y resurrección, en Cristo recibimos a Dios por medio de su Espíritu, y El llega a ser nuestra vida y deleite. Por lo que la gracia es Dios mismo dado a nosotros en Cristo para que sea nuestra vida, realidad y disfrute.
Dios en Cristo es amor, misericordia, bondad, verdad, Justicia, luz y también es gracia. Sus atributos son su misma esencia. No podemos separar ninguna de sus atributos, son Dios mismo en esencia.. Cuando recibimos a Dios lo recibimos como la gracia con toda su esencia al completo.
Solo el hombre halla gracia cuando Dios lo ve en el Hijo. Ser hallados en la gracia es ser aceptos en Cristo. La era de la gracia es la era de los que están en Cristo que han recibido el Espirítu de gracia.
La ley nos fue dada, pero la gracia vino por medio de Jesucristo. La ley no podía venir por sí misma, por tanto, nos fue dada; pero la gracia vino juntamente con Jesús. En realidad, la gracia es Jesús. Cuando Jesús vino, la gracia vino. Si cambiamos la palabra gracia por la palabra Cristo te darás cuenta de su similitud. Si estamos en Cristo estamos en la gracia, si la gracia nos salva es Cristo quien nos salva, si la gracia trabaja en nosotros, es Cristo trabajando en nosotros.(1 Corintios 15:10, Gal 2.20)
En el Nuevo Testamento la gracia no es algo impersonal, y no es algo aparte de Dios, sino que es Cristo en nosotros que nos salva, transforma, se imparte y opera con su poder en nosotros. Es preciso que veamos que la gracia es una persona viva, no una doctrina o concépto. La gracia es Cristo mismo (Jn. 1:17). Usted puede enseñar acerca de la gracia; sin embargo, no tendrá la gracia si no tiene a la persona viva de Cristo en usted. Si tiene la realidad de Cristo, tiene la realidad de la gracia. Esto no tiene que ver con doctrina, sino con el hecho de experimentar la realidad del Cristo vivo.
Dios no nos ha dado como gracia una serie de virtudes o poderes, por los cuales debemos orar para que lo recibamos. Dios no nos dará humildad o paciencia o santidad o amor como distintos dones de su gracia. El no es un comerciante que dispensa su gracia en paquetes, dando un poco de paciencia a los impacientes, un poco de amor a los que no aman, un poco de mansedumbre a los altivos, en cantidades que tomamos y usamos como si fuesen un capital. Dios nos ha dado un solo don para satisfacer toda nuestra necesidad: su Hijo Jesucristo. A medida que confiamos en Él para que viva su vida en nosotros, Él será en nosotros humilde, paciente, amoroso y todo lo demás que nos haga falta.
Recordemos la palabra en la primera epístola de Juan: “Dios nos ha dado vida eterna, y esta Vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; d que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Jn. 5:11,12). La vida de Dios no nos es dada por separado; la vida de Dios nos es dada en el Hijo. Es “vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”
Cuando recibimos a Cristo en nuestras vidas recibimos toda la gracia de Dios, como el Cristo todo inclusivo en el Espíritu de gracia, que es la manifestación de Dios que nos ha traído salvación y las riquezas de espirituales de Dios en Cristo. (Tito 2:11)
"La definición más real y sencilla de la Gracia es que Dios en Cristo se ha dado a nosotros para ser nuestra salvación, suministro de vida, poder, disfrute y nuestro todo" Por lo tanto vivir en la gracia es vivir en Cristo o lo que es igual que su Persona con sus pensamientos, sentir, virtudes y riquezas espirituales viva en nuestro ser.
Cuando recibimos a Cristo en nuestras vidas recibimos toda la gracia de Dios, como el Cristo todo inclusivo en el Espíritu de gracia, que es la manifestación de Dios que nos ha traído salvación y las riquezas de espirituales de Dios en Cristo. (Tito 2:11)
"La definición más real y sencilla de la Gracia es que Dios en Cristo se ha dado a nosotros para ser nuestra salvación, suministro de vida, poder, disfrute y nuestro todo" Por lo tanto vivir en la gracia es vivir en Cristo o lo que es igual que su Persona con sus pensamientos, sentir, virtudes y riquezas espirituales viva en nuestro ser.
( Apuntes de La vida cristiana normal, W.Nee)